Habitos

Los logros en nuestra vida suelen ser el reflejo tardío de nuestros hábitos.


Es común creer que lo que necesitamos cambiar en nuestra vida, es la cantidad que tenemos en nuestra cuenta bancaria, la calificación que obtuvimos en un examen o el número que vemos en la báscula, pero en realidad, lo que necesitamos cambiar son los hábitos y costumbres que tenemos y que ocasionan todos esos resultados.


En lugar de hacer que el “objetivo” sea lo más importante, en lo que regularmente nos concentramos exclusivamente, hagamos que “el sistema” sea lo principal y solo de vez en cuando hay que voltear a ver al “objetivo” para verificar que vamos en la dirección correcta.


Lograr tus metas solo cambia tu vida por un momento.


Pero en realidad no es lo que necesitamos. 


A menudo pensamos que los resultados son lo que debe cambiar, pero en realidad es el proceso detrás de esos resultados lo que necesita ser cambiado.

Por ejemplo, si tienes tu cuarto desordenado, digamos que tu habitación está hecha un desastre, y te fijas la meta de limpiarla, puedes motivarte y hacerlo durante unas dos o tres horas, y listo tendrás una habitación limpia… por ahora.


Pero si no cambias los hábitos desordenados que te llevaron a tener una habitación sucia, entonces en dos semanas volverás a tener una habitación desordenada.


Entonces, en realidad, no necesitas una habitación limpia, necesitas mejores hábitos de limpieza, y así tu habitación siempre estará limpia.

No necesitas perder peso, necesitas mejores hábitos alimenticios, y entonces tu peso siempre estará cerca de donde quieres que esté.

No necesitas más dinero, solo necesitas mejores hábitos financieros, y entonces siempre tendrás dinero suficiente para enfrentar cualquier imprevisto.

Y creo que esa es una de las razones por las cuales los hábitos son tan importantes.


Los hábitos no necesariamente transformaran tu vida de la noche a la mañana, por ejemplo hacer un push-up no transforma tu cuerpo, pero sí muestra que eres una persona que no se salta los entrenamientos.


O meditar durante un minuto puede no darte una sensación inmediata de calma en tu vida, pero muestra que haces lo posible por meditar.


El verdadero objetivo no es correr un maratón, el objetivo es convertirte en un corredor.


El objetivo no es escribir un libro, el objetivo es convertirte en escritor.

Porque una vez que has adoptado esa identidad, ya no estás persiguiendo un cambio de comportamiento, simplemente estás actuando de acuerdo con el tipo de persona en la que te has convertido.

Es como si el verdadero cambio de comportamiento fuera realmente un cambio de identidad, porque una vez que has cambiado esa historia interna, es mucho más fácil hacer el nuevo hábito todos los días, ni siquiera te estás motivando tanto para hacerlo.


Simplemente piensas: "Asi soy ahora".


Tener una mentalidad enfocada en el “objetivo” es como tener el efecto del juguete yo-yo, ¿sabes a lo que me refiero?


Imagina que alguien entrena para un medio maratón y finalmente llega el día y corre la carrera. 


Esa carrera lo motivó a entrenar durante los últimos tres o cuatro meses.

Después de correr la carrera y lograr su objetivo, deja de entrenar, toman una semana de descanso, y esa semana se convierte en dos, luego en dos meses, y así sucesivamente. 


Después de unos cuatro meses, se da cuenta de que no han corrido en meses y siente que necesita inscribirse a otra carrera para poder estar motivado otra vez.

Porque todo se trataba del objetivo. 


Tan pronto como se alcanza la meta, ya no se tiene esa motivación.


Pero si, en cambio, se trata de convertirse  en un corredor; y así, incluso cuando termines la carrera, aún tienes razones para volver a correr la semana siguiente. 

Pues piensas, "bueno, eso es lo que hago, yo corro, esto es lo que soy, soy un corredor".


Y así, yo creo que esto aplica en casi cualquier área. 


Forjar hábitos a largo plazo realmente significa trabajar en “el sistema” sin un objetivo en específico.


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Habits by James Clear

Adaptacion


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